En una civilización como la nuestra, en la que predomina la percepción visual, lo sonoro -la percepción sonora- sólo adquiere su debida importancia en tanto se reconoce como fuente de información cultural, pues es capaz de soportar la tradición oral y, a su vez, convertirse en un poderoso mecanismo de constatación espacio-temporal de las acciones desarrolladas por las comunidades en su entorno. Así, el ambiente acústico revela en lo humano los oficios y actividades; los ritmos y dinámicas; las tradiciones, las actitudes y las dialécticas culturales sonoras.
El Laboratorio «Paisajes Sonoros Cafeteros» recoge el concepto de Paisaje Sonoro expresado por R. M. Schafer, definido como el ambiente que constata las actividades acústicas y las relaciones de los patrones y ritmos de la cotidianidad; además, este autor propone el concepto de Alta fidelidad, como el lugar donde se comunican los seres vivos.
Este proyecto se basa en dos ejes fundamentales para la aproximación, comprensión y valoración de los paisajes sonoros en las regiones cafeteras: un eje teórico, donde se revisan conceptos, teorías, enfoques y abordajes, y que tiene como fin lograr en los participantes la sensibilización frente a lo sonoro desde perspectivas estéticas y analíticas; el otro es un eje práctico, en el que se espera aplicar la teoría en situaciones reales de registro, documentación, edición y archivo con propósitos artísticos, científicos y culturales.